e peinado y color de ojos".
Desde hace unos días también hay información sobre mi última publicación en ebook, De amor y otros pecados. Si os apetece saber un poco más sobra las historias que componen esta antología de relatos, y sobre mí, no dejéis de pasaron por la Wiki.
Para muestra, un botón :)
Dos palabras antes de morir
En las trincheras del Somme los hombres mueren todos los días. No importa sus nombres ni su condición, no importa si tienen una deuda pendiente con la persona que aman, no importa si necesitan pronunciar dos palabras antes de morir. Allí, dos soldados intentan eludir lo inevitable. Uno, para poder perdonarse a sí mismo; otro, para conocer el amor.
(Homoerótico, bélico)
Comentarios de Nut acerca de este relato:
Si tengo que escoger entre todos los relatos que he escrito en mi vida, concluidos o no, uno al que prefiera sobre los demás (como una buena madre quiero a todos mis hijos literarios por igual, pero uno siempre será mi ojo derecho), ese es, sin duda, Dos palabras antes de morir. ¿Por qué? Quizás porque, en contra de mis inclinaciones personales, no lo escribí con ese final irreal de cuento feliz que tanto me gusta, y de alguna manera me siento en deuda con él. Tal vez porque cada palabra que escribía lograba arrastrarme a las trincheras de la Primera Guerra Mundial, enfrentarme a la intolerancia de la sociedad de entonces y de ahora, contagiarme del miedo a amar de dos amantes. Acaso, porque aún hoy, cuando lo releo, lloro. O simplemente, lo prefiero sobre los demás, porque creo que es lo mejor que he escrito y, a lo mejor, escribiré en mi vida.
A través de unas pocas hojas, una mujer le habla al hombre que fue su marido. Con cada línea rememora su vida en común, tiempos de amor y dolor que han quedado atrás; con cada palabra revela sus más íntimos sentimientos.
(Realista, maltrato)
Comentarios de Nut acerca de este relato:
En el año 2005 participé en un interesante taller de literatura creativa. Entre los ejercicios que realizamos para recrear los diferentes textos literarios existentes, nos sugirieron que lleváramos a cabo una epístola de temática libre. Rápidamente caí en el tópico de la carta de amor, el tema más recurrente en este tipo de texto, pero tan pronto como se me ocurrió, lo descarté; quería hacer algo más original. Durante aquel año, como ocurre hoy día, las noticias sobre violencia de género eran portada de prensa y telediarios (es triste constatar que desde entonces hasta ahora, el tiempo no ha hecho desaparecer, ni siquiera menguar, esta deplorable lacra de la sociedad). No recuerdo exactamente qué caso fue el que me hizo decidirme por convertir mi carta en un alegato en pro de las mujeres maltratadas; eran entonces demasiados, siguen hoy siendo demasiados, y los nombres y los rostros terminan por difuminarse en la memoria, pero los hechos no. Aunque sí puedo evocar el sentimiento de frustración que me dictó las palabras de esta carta. De frustración y, por qué no, también de esperanza.
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