Ficha de personaje · Adictos a la escritura · Proyecto 3a

Vuelvo a la carga con el tercer proyecto del blog Adictos a la escritura. En esta ocasión el ejercicio consiste en crear la ficha de un personaje que más tarde (en octubre) será protagonista de un relato. Esta es mi ficha.


Nombre: Pedro J. Castro.
Edad: Cincuenta y seis años.
Estatura: 1,60 cm.
Complexión: Tiene miembros gruesos, que no fuertes. Algunos kilos de más acumulados en el abdomen, que no le llevan a ser obeso, pero que necesitaría eliminar. Cabeza pequeña. Sin cuello.
Rostro: De mejillas fláccidas y carnosas. Arrugado. Cetrino. Labios gruesos.
Pelo: Canoso y frágil, corto.
Ojos: Grandes, lagrimosos, miopes (no usa gafas), marrones.
Atuendo: Usa un uniforme de vigilante de seguridad que le está pequeño.

Información complementaria: Trabaja desde los veinticinco años como vigilante de seguridad, en la actualidad tiene el turno de noche en un parque de atracciones; entra a las ocho de la tarde y sale a las ocho de la mañana.

Personalidad: Está casado, con tres hijos: un varón y dos chicas. Su trabajo no le ha permitido disfrutar de sus hijos, aunque en el fondo le alivia no haber tenido que ocuparse de su educación, los quiere, pero porque cree que es su obligación quererlos. No ama a su mujer, nunca la amó, tampoco la odia, la escogió pensando que sería una buena madre y esposa; la considera un elemento más en su vida como lo puede ser la casa y el coche. Es un hombre taciturno, no tiene ambiciones ni sociales ni laborales, así no se siente desengañado si no logra alcanzar sus objetivos. No posee iniciativa, lo que provoca que su existencia sea monótona e inmovilista. No cuenta con amigos íntimos, sólo con conocidos y compañeros de trabajo, porque le cuesta ser confiado con otras personas, se siente inferior cerca de ellas. Tampoco tiene unas aficiones definidas; ve los partidos de fútbol por la televisión y los programas de prensa rosa. Vive el día a día por inercia y lo sabe, pero no es capaz de reunir la voluntad necesaria para escapar del hoyo de insipidez en el que ha terminado convirtiéndose su vida. Siente que todo aquello que un día pensó que era relevante (noviazgo, trabajo, matrimonio, paternidad), en su caso ha terminado convirtiéndose en una rutina baldía.

Pasado: No tuvo una infancia especialmente difícil, pero si un padre ausente que no le prestó nunca mucha atención y una madre analfabeta que no le proporcionó suficientes estímulos ni cariño. La economía familiar era deficiente, lo que en ocasiones le hizo sentirse menospreciado por otros niños, esto, unido al hecho de que intelectualmente se hallaba por debajo de la media, provocó que no tuviera muchos amigos. La falta de hermanos, de amigos y el desinterés paternal, le hizo crecer en soledad. No cursó estudios primarios porque sus padres no podían costearle una educación superior y el tampoco mostró interés. Trató de sentirse más cercano a sus padres y a la sociedad en general, actuando como pensaba que debía de hacerlo una persona normal, por ello se buscó una novia y un trabajo, se casó y tuvo hijos.

¿Qué será lo que salga de aquí? :)
La imagen que he utilizado para ilustrar este post es de Luis López